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Pirámide inversa

Estás a punto de descubrir y entender un método que marcará un antes y un después en tu manera de ver y practicar la musculación. Pero hay más que esto. Por prudencia tenemos que decir “probablemente” en lugar de “seguramente”, así que, probablemente éste sea también el método que marque un antes y un después en tus logros tanto de fuerza, como de musculación y estética.

¿Por qué?

El porqué es muy simple y ahora te lo explicamos. Aunque el uso de anabolizantes químicos está muy extendido en el mundo del fitness, realmente, la mayoría de usuarios de los gimnasios son naturales. Aun así, dicha mayoría de usuarios de los gimnasios entrenan con protocolos que han sido diseñados por culturistas que utilizan anabolizantes químicos. Los usuarios de química pueden permitirse considerablemente más cantidad (volumen) de entreno por sesión y también, más sesiones semanales. Además, sus músculos son capaces de asimilar más sintesis proteica, y de ahí que puedan requerir más proteina en la dieta. Y de ahí también que sus músculos puedan crecer más.

Entonces, los culturistas naturales, los cuales somos mayoría, deberíamos entrenar (y también comer) de una forma que sea sensible con nuestra naturalidad, porque de lo contrario nos pasaremos la vida en el gimnasio sin obtener resultados notables.

Un usuario de química acostumbra a tener una musculatura mucho más susceptible al estímulo. Y esto se traduce en que se puede lograr mucho crecimiento muscular basando los entrenos en la cantidad (multitud de ejercicios, muchas series, muchas repeticiones). Si se quiere, dicho usuario de química puede enfocar también sus entrenos a la ganancia de fuerza y lograr resultados notables y rápido gracias, en gran medida, a las sustancias que utiliza.

En cambio, un culturista natural (o entusiasta fitness natural) tiene una musculatura mucho menos sensible al estímulo. Y podríamos decir que, para ganar músculo, tiene menos opciones. Y aunque, mucha cantidad de entreno (volumen) sin prestarle especial énfasis a la ganancia de fuerza puede ser fructífero en algunos individuos naturales (normalmente con una buena predisposición genética para la ganancia de músculo), en la mayoría de casos centrarse en rutinas de entrenamiento enfocadas al volumen de entreno generará más catabolismo muscular (pérdida de músculo) que anabolismo muscular (ganancia de músculo). En otras palabras, mucho entreno da a entender a nuestro organismo que se quiere resistencia muscular; la resistencia muscular requiere pesos ligeros para poder finalizar los entrenos “maratonianos”; y los entrenos “maratonianos” no requieren músculos grandes sino resistentes.

Para un natural que quiera ganar masa muscular suele funcionar mucho mejor centrarse en la consecución progresiva de fuerza muscular, es decir, ponerse fuerte. El músculo, a grandes rasgos, es un producto colateral de la fuerza. Y para la fuerza, sobre todo en naturales ya que tenemos muchos menos cartuchos (opciones para generar músculo), lo que acostumbra a funcionar exquisitamente bien es seguir protocolos de entreno minimalistas (un puñado de ejercicios y ya está) y escasos (poca cantidad de entreno).

Un natural tolera mucha menos cantidad de entreno a intensidades altas, y cuando le damos menos cantidad de entreno (tanto por sesión como semanal) con el consecuente incremento del tiempo de descanso que esto implica (si entrenamos menos días consecuentemente descansamos más), las ganancias de fuerza (y con ellas de músculo) se producen de una forma rápida y considerable.

Ahora es donde entra la pirámide inversa. La pirámide inversa es una forma de entrenar muy efectiva en culturistas naturales ya que, con este método, realizamos las series más pesadas al principio de los entrenos cuando todavía no estamos fatigados por la acumulación del mismo entreno. Es decir, después de haber calentado bien con las correspondientes “series de aproximación” de cada ejercicio, en la primera serie efectiva (con la que buscamos los “gains”) de dicho cada ejercicio es cuando nos pondremos en la barra el peso máximo a mover, para luego, con descansos completos entre series, ir reduciendo el kilaje a levantar al mismo tiempo que incrementando el número de repeticiones.

Esta forma de entrenar hace que saquemos nuestras mejores prestaciones y marcas, ya que, si hemos calentado bien excitando el sistema nervioso central y los músculos sin fatigarlos, es en la primera serie cuando estaremos mejor preparados para levantar pesado, y por ende, levantaremos más. Esto hará que movilicemos el mayor número de fibras musculares involucradas en la realización del ejercicio que entrenemos en este estilo. Después, con ese mayor número de fibras musculares estimuladas/activadas, procederemos a realizar la siguiente serie (en este caso segunda) con menos peso (alrededor de un 10%) y tras haber descansado 3 o 4 minutos. Con un descanso completo y menos peso en la barra, pero con el máximo número de fibras activadas, realizaremos la segunda serie efectiva con la sensación de estar levantando un peso ligero aunque no lo sea. En esta segunda serie te sentirás como Superman ya que tendrás la sensación de que la barra vuela aunque el peso en ella para nada sea ligero en relación con tu nivel de fuerza. Esto normalmente te hace poder añadir 1, 2 o incluso 3 repeticiones más con pesos pesados que de otra forma sería mucho más difícil. Evidentemente, estas repeticiones de más que la sensación de que la barra vuela te permite van a tus “gains”.

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